MEDICAMENTOS
Hay varios tipos de
medicamentos antidepresivos utilizados para tratar trastornos depresivos. Estos
incluyen los "inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina"(ISRS) que son medicamentos nuevos, los tricíclicos y los
"inhibidores de la monoaminoxidasa" (IMAO). Los ISRS y otros
medicamentos aún más nuevos, los llamados de efecto dual, que
afectan los neurotransmisores como la dopamina o la noradrenalina, generalmente
tienen menos efectos secundarios que los tricíclicos. Algunas veces el médico
prueba una variedad de antidepresivos antes de encontrarse el medicamento o
combinación de medicamentos más efectiva. Generalmente la dosis se debe ir
aumentando hasta que la medicación es efectiva. Por lo general, el efecto
terapéutico completo de los medicamentos antidepresivos no se observa
inmediatamente. Hay que tomarlo en dosis adecuadas por 3 ó 4 semanas, y en
algunos casos lleva hasta 8 semanas, para que se produzca el efecto completo.
Sin embargo a veces se empiezan a ver mejorías en las primeras semanas.
Es posible que el
paciente se sienta tentado a dejar de tomar el medicamento prematuramente. Él
puede sentirse mejor y pensar que ya no lo necesita. O puede pensar que el
medicamento no le está ayudando en absoluto. Es importante seguir tomando el
medicamento hasta que éste tenga oportunidad de actuar en el organismo. Algunos
efectos secundarios (vea la sección Efectos Secundarios) pueden aparecer
incluso antes de que se produzca el efecto antidepresivo. Una vez que el
paciente se sienta mejor, es importante continuar el medicamento por 4 a 9
meses para prevenir una recaída de la depresión. Algunos medicamentos deben
dejar de tomarse gradualmente (es decir reduciendo la dosis poco a poco) para
dar tiempo a que el organismo se adapte y para prevenir síntomas de
abstinencia, los que se producen cuando algunos medicamentos se descontinúan
abruptamente. En los casos de trastorno bipolar y depresión severa crónica o
recurrente, es posible que el paciente tenga que tomar el medicamento por un
tiempo indefinido.
Al contrario de lo
que algunas personas creen, los medicamentos antidepresivos no crean hábito.
Sin embargo, como sucede con cualquier tipo de medicamento recetado por
periodos prolongados, los antidepresivos deben ser supervisados cuidadosamente
por el médico para determinar si se están dando en una dosis correcta. El
médico debe verificar la dosificación y la efectividad del tratamiento en forma
periódica.
Nunca se deben
combinar medicamentos de ningún tipo recetados, sin
receta o prestados sin consultar al médico. Cualquier otro profesional
de la salud que pueda recetarle un medicamento (por ejemplo el dentista u otro
especialista) tiene que saber qué medicamentos está tomando el paciente. Aunque
algunos medicamentos son inocuos cuando se toman solos, si se toman en
combinación con otros pueden ocasionar efectos secundarios peligrosos. Algunas
substancias, como el alcohol y las drogas de adicción, pueden reducir la
efectividad de los antidepresivos y por lo tanto se deben evitar. Deben
evitarse el vino, la cerveza y las bebidas alcohólicas destiladas, por ejemplo
tequila, gin, ron, vodka, whisky y licores. A algunas personas que están
tomando uno de los antidepresivos nuevos, el médico puede permitirles el uso de
una cantidad moderada de alcohol, si la persona no ha tenido un problema de
alcoholismo.
Los sedantes o
medicamentos ansiolíticos, que se dan para la ansiedad, no son antidepresivos.
A veces son recetados junto con los antidepresivos, sin embargo, por si solos
no son efectivos para tratar la depresión. Los estimulantes, como las
anfetaminas, no son efectivos para tratar la depresión. Ocasionalmente se
utilizan bajo estricta supervisión médica en personas que padecen al mismo
tiempo de una enfermedad física y de depresión.
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